lunes, 15 de abril de 2013

MALTRATO INFANTIL


En ocasiones este comportamiento de la sociedad se transmite de generación en generación.

En los últimos días hemos recibido una avalancha noticiosa sobre maltrato infantil en todas sus formas y múltiples casos de violencia intrafamiliar.
Nos duele como Sociedad Colombiana de Pediatría, nos duele como pediatras que somos, observar que este fenómeno va en aumento acelerado y no percibimos una acción directa que impacte positivamente esta problemática por parte de nuestros gobernantes y de la misma población civil pues, en últimas, el problema es de todos y estamos sacrificando el futuro.
La Sociedad Colombiana de Pediatría está dispuesta a contribuir y aportar en todo lo que esté a su alcance para minimizar en algo el problema. En Colombia, pareciera que existe un desconocimiento de la magnitud del fenómeno, porque no contamos con datos exactos y porque el tema, en muchos casos, se queda en la familia.
El artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que los países “tomarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas adecuadas para proteger al niño de toda forma de violencia física o mental, de traumatismos o de maltratos, de descuidos o tratamiento negligente, de maltrato o de explotación, en especial del abuso sexual, mientras se encuentre al cuidado de sus padres, del guardián legal o de cualquier otra persona al cuidado del niño”.
A pesar de esto, el maltrato infantil es un problema escondido, y es difícil de tratar integralmente, porque está determinado por múltiples fuerzas que actúan en el individuo, en la familia, en la comunidad y en la cultura.
Existen algunas características individuales de los propios niños, niñas y adolescentes que los hacen vulnerables al maltrato infantil, como son los embarazos no deseados, los niños prematuros, los niños con impedimentos físicos o psíquicos, y los niños hiperactivos, entre otros.
También encontramos características individuales en los padres, como son su personalidad, la experiencia o inexperiencia de estos en la crianza de los hijos. Frente a situaciones de de-sequilibrio en el grupo familiar, muchas veces la primera víctima suele ser el niño.
El número de integrantes de la familia, como las monoparentales, padres adolescentes, se consideran también factores de riesgo para el maltrato infantil. Los casos de abuso en niños y niñas son 16 veces más probables de ocurrir en familias en las que la violencia familiar está presente, y esta es una de las fuentes de mayor riesgo para el desarrollo integral de niños y niñas.
No olvidemos que los medios de comunicación tienen un papel fundamental como formadores de opiniones. Son de las instituciones que proporcionan definiciones ‘oficiales’ de la realidad, conjuntamente con el sistema educativo y los estratos más elevados del sistema legal.
Finalmente, queremos hacer notar que los procesos en donde se produce el maltrato infantil no pueden ser considerados hechos aislados, sino relaciones que se transmiten de generación en generación, y no se agotan individualmente.
Son formas de vivir con los allegados que imprimen un estilo de dinámica familiar, por cuanto implican un trato soez y humillante, agresión física con frecuencia, abuso sexual y negligencia.


PRESENTADO POR  : SANTIAGO DIAZ

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